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Los cambios de los niños al emigrar

¡Un placer coincidir nuevamente con ustedes desde este sendero! Ya en una oportunidad escribí sobre las mamás y la migración, inspirada en el fenómeno migratorio que se viene dando en Venezuela desde hace unos años por la situación político social que atravesamos. 

Este acontecimiento mundial que ha puesto los ojos en Venezuela, ha impulsado muchos términos de moda, entre ellos, los «mochileros» porque muchos salen del país por tierra, esperando trabajar por un cambio a la buena de Dios. Otros emigran por avión, tienen la bendición de vivir este duro proceso de una manera un poco más «cómoda», algo que quizás hace más ligera la carga. Sin embargo, es un proceso que pega, que afecta en las fechas especiales, cumpleaños y eventos familiares, que te hace extrañar sabores, olores, lugares y sobre todo tu clima, te hace extrañar abrazos, te hace pensar en ese café que dejaste de tomarte con esa amiga antes de venirte pero sobre todo te hace reinventarte ante la realidad, porque sientas, lo que sientas jamás debes rendirte. 

La migración, la hagas de la manera que lo hagas, te pega y si nos pega a nosotros como adultos, imagínate ¿Qué pasa por la cabeza de los más pequeñitos? Que no entienden como de un momento a otro su entorno cambió y dejaron de ver a sus abuelos, amigos, tíos y compañeros de escuela.

Los niños pueden afrontar procesos y formas diferentes de asimilarlos. Si eran sanos, pueden que se enfermen por primera vez. Se ponen más malcriados, con más pataletas. Lloran por todo. Si emigraste a un país con las cuatro estaciones, esto también los afecta: catarros, alergias, tos se vuelve parte frecuente de tu día a día de la mano de los antialergicos y otros medicamentos que ahora no pueden faltar en casa.

Hay muchas cosas que ellos preguntan, a veces lloran y llaman a sus abuelos, son cosas que te hacen ser inteligente, tenerles un poco más de paciencia como padres, reinventarte e incluso buscar la manera de tu también controlar tus ataques de impotencia por no saber manejar la situación. Debes explicarle lo que pasa de la forma más inteligente y sobre todo mantener siempre el contacto con sus seres queridos que encuentran en Venezuela. 

Otra cosa que como padres debemos implementar es el cambio de rutinas y llevarlo a hacerlo que le gusta. Regálale momentos de felicidad. Si emigraste a Argentina por ejemplo, hay un sinfín de parques, sitios de entretenimiento gratuitos para ellos, trata de llevarlos de vez en cuando para que ellos se mantengan activos y con la mente en ora cosa. Trata además que comiencen rápido la escuela, que se relacionen con niños del país donde estás y aprenda más de esa cultura, ya que ellos aprenden y se adaptan muy rápido. Mi hija por ejemplo toma mate y yo aún no me atrevo a tomar más de un sorbo.

El proceso migratorio en familia hace madurar a todos los miembros que la integran, fortalezcan la comunicación, e amor, los momentos juntos para que las cosas mejoren. Es parte del día a día, de aceptar tu realidad y aportar lo mejor de ti para aprender a desenvolverte con tus hijos en esta nueva etapa. 

Y recuerda… ¡Aunque sientas nostalgia, no te aferres a esa sensanción, no trae nada bueno! 

¡Hasta un próximo biberón! 

Jacmibel Rosas 

La mamá guapa y apoyada 

Las Mamás y la migración

SALUDOS AMIGOS ¡Qué bueno coincidir con ustedes nuevamente a través de mi página web! Ahora internacionales, con esta nueva faceta que estamos viviendo los venezolanos con esa necesidad tan impostergable algunas veces de tener que emigrar a otras latitudes para buscar un mejor futuro para nuestros hijos.

De antemano les pido disculpas por haberme ausentado unos meses, pero como a unos cuantos venezolanos y a unas cuantas mamás, me tocó la experiencia de tener que vivir un proceso migratorio junto a mi pequeña de casi dos años. Y les cuento que tuve que aplicar todas las herramientas aprendidas estos meses en Venezuela, de ser una mamá guapa y apoyada. Y es que pensando aquí ¡Hay que ser bien guapa y con los ovarios bien puestos, para viajar con una niña de dos años, pañalera, laptop, maleta de mano, súper cartera y coche, más las dos maletas y de paso los peluches y juguetes de tu hija, y no fracasar en el intento!

El proceso migratorio no es igual para todos, debes planificar, a algunos les lleva de 6 meses a un año. A otros menos, otros ni siquiera planifican, pero la ciencia de todo es poder emigrar sin morir en el intento. Es poder realizar una salida lo menos traumático posible, sobre todo para los pequeños, porque ya suficientemente fuerte el hecho de tener que separar a tus hijos de sus tíos, abuelos y amigos.

El viaje será más o menos engorroso si es por tierra o por avión. Debes llenarte de paciencia, tener cinco ojos, para estar pendiente de tu equipaje y de tu hija, llevar todos sus medicamentos, carta de niño sano, constancia de vacunas, pero más allá de eso, debes estar preparada para cambiar de pañal en el momento menos indicado, para tener que amamantarla en el momento de más estrés (las que aún damos pecho) y tener que lidiar con la responsabilidad de tener que llegar con todo a tu destino pero sobre todo con tu hija bien, completita y comidita.

Emigrar, es una experiencia que sin duda alimenta el alma. Es un sube y baja emocional. A veces duele, a veces te hace reír, pero siempre, te llena de una manera increíble, te hace crecer, madurar, abrir la mente, dejar a un lado un equipaje innecesario y más allá de eso, te permite madurar como mamá y sobre todo saber que no hay nada seguro, es un proceso de constancia, de perseverancia y de tener los ojos bien abiertos, porque tristemente muchas veces los venezolanos son los que menos te ayudan al momento de emigrar y eso es algo que debe rescatarse y recuperarse, no son todos, pero algunos se convierten en malintencionados cuando pasan la frontera de su país.

Emigrar es un proceso que hace que te llenes de paciencia y que hace que una vez más voltees tus ojos a tus hijos como cuando estaban aprendiendo a caminar, porque estás en otro país, donde solo tiene a sus padres y donde todo es nuevo para ellos y aunque tienen la capacidad de adaptarse muchas veces más rápido que los adultos, hay noches que llorarán, otros extrañarán y otros te preguntarán ¿dónde están sus abuelos? Allí con un nudo en la garganta le explicarás que algún día se volverán a ver y a compartir como en esos buenos tiempos de familia, los domingos, en los que todos hacíamos parrilla, traíamos unas cervecitas y pasábamos las tardes jugando dominó y es que así somos los venezolanos: ¡Felices! A pesar de toda circunstancia, por eso, una mamá venezolana, guapa y apoyada y que atraviese el proceso un proceso de emigrar, deberá tener en cuenta que la fe y la perseverancia serán sus mejores herramientas para tener en pie su hogar en el extranjero. A medida que pasen los meses les iré contando un poco más de esta experiencia.

 

¡Hasta un próximo biberón!

Jacmibel Rosas

La mamá Guapa y Apoyada

 

 

 

¿Estamos preparados para ser padres?

Hola amigos. Feliz semana para todos. Un placer saludarles nuevamente en esta tribuna en la que les escribo un poco sobre esta aventura de ser padres. A mí particularmente me cambió el hecho de ser mamá, porque significó una evolución en mi vida, subir un peldaño más en madurez y responsabilidad. En este sentido surge la pregunta ¿Estamos preparados para ser padres?

No hay una fórmula o una ecuación perfecta que arroje que estamos listos para dar vida o para traer una vida al mundo, sientes o sabes si estás preparado cuando ocurre, es una sensación de querer dar amor por encima de todo, de querer brindar protección y sobre todo de querer ser mejor persona para cuando ese ser tan chiquito crezca, se sienta orguilloso de mí.
El ser buenos padres, no va a asociado a la edad, ni siquiera a la madurez, porque sin duda el amor transforma, el amor es capaz de hacernos sentir grandes cosas y mover al mundo si es necesario. Por ende, he visto chamos quedar embarazos inesperadamente y echan para adelante con su barriga y ponen todo su empeño para ser buenos padres. No digo que tengas que ser padre o madre antes de tiempo, pero lo que sí es cierto es que querer es poder y cuando usted ama, siempre quiere.
Ser padre o madre da sustico, cuando te enteras que vas a tener un bebé, te pasan mil preguntas por la cabeza y sientes que nunca estarás preparado para serlo, pero una vez que llega y que comienzas el rol como tal, te das cuenta que es más sencillo de lo que parece: nadie enseña a una madre a amamantar por ejemplo y es una actividad que se da de la forma más natural posible, así resulta ser padre, un proceso natural en el que nos caemos, nos levantamos, se nos quema la comida, se nos calienta de más el tetero, se nos pasa cambiar un pañal y nos toca aprender aunque no tengamos idea.
Pero a pesar de todo, ser madre y padre es la aventura más maravillosa que nos prepara para la vida, nos hace saber como afrontar algo inesperado, como por ejemplo cuando tu niño se hace pupú y está contigo en plena reunión de negocios; nos hace tener la capacidad de improvisar y ser payasas, como cuando tu niño se cae y tienes que hacer maroma para que se ría; nos hace socializar como ellos, porque en la calle se juntan y hablan con cualquiera, eso entre muchas otras cosas más nos aporta el hecho de ser padres.
Por tus hijos todos y sin ellos nada, te dan la capacidad de tanto, e incluso te permiten seguir adelante cuando crees que todo está perdido ¿no les ha pasado que se despiertan deprimidos o triste y una sola sonrisa de ellos lo cambia todo?
Ser padres es eso, una inagotable fuente de felicidad, porque por más que a veces sientas que los quieres regañar o reprender, ellos siempre te regalarán motivos para sentirte contento y es que ¿acaso hay edad para ser feliz? Entonces tampoco hay una edad promedio que te diga que estas listo para ser padre o madre, solo disfruta cuando te llegue y trata de actuar desde el amor, esa será la mejor guía que puedas tener ante lo inesperado, y recuerda, el amor transforma todo a su paso y ser padres es un acto neto de amor.

¡Hasta un próximo biberón!

Jacmibel Rosas

La mamá Guapa y Apoyada

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El efecto migratorio en los hijos

Buenos días, un placer coincidir con ustedes nuevamente. Espero que esta semana todo les salga muy bien, a pesar de cualquier circunstancia que puedan estar atravesando y que sientan que no es la más acorde o que no les gusta la realidad que están viviendo.
Cuando eso sucede, solo podemos hacer dos cosas, una es vivir frustrados con esa realidad cruzándonos de brazos y la otra es, tomar las riendas de su vida para trabajar por un cambio que les haga salir de esa realidad.
Comienzo con esa introducción, porque eso es el tema migratorio. La decisión de emigrar es muy buena para algunos y difícil de tomar para otros. Pero el hecho de tomar la decisión, te puede llevar a mejorar tu vida en muchos aspectos y salir de esa dificultad económica y social que vives.
Y entonces es cuando se viene esa frase que dice que «todo sacrificio genera un beneficio». Llega el sacrificio de dejar tu hogar, tu trabajo, tus amigos y en algunos casos lo más fuerte: separarte de tus hijos.
Siempre he pensado que esta bien, es una decisión delicada, algo que no se debe tomar a la ligera, pero una vez que sucede, debemos poner mucha atención al cambio que dan nuestros hijos. Ellos son los más afectados en todo el proceso de separación de uno de los padres.
En la actualidad no manejo estadísticas, pero me atrevería a decir, que tres de cada siete hogares venezolanos, viven hoy sin la cabeza de familia. Muchos padres han tenido que emigrar por la situación país y es allí cuando nos preguntamos ¿Qué sienten los hijos de los padres que emigran?
Ellos pueden experimentar desde tristeza, rabia, impotencia hasta manifestar una actitud de rebeldía porque sus padres no están y por ello, la madre o el padre (si es el caso contrario) debe prestar atención a su hijo o hija. Hacer que sus hijos formen parte de actividades diferentes a las que antes hacía con su padre puede ser una opción para distraer y sobre todo, tratar de no manifestar nuestra tristeza a nuestros hijos. La conexión de los hijos con la madre es tan fuerte, sobre todo cuando estas amamantando, que ellos pueden sentir cuando estamos mal y ponerse de la misma manera.
Importante además de cambiar las actividades, mantenerlos ocupados y brindarles alegría, mantener ese vínculo con su padre o madre en el extranjero, esta es una manera de mantenerlos en contacto a pesar de la distancia, deben haber horas en las que sea sagrada su comunicación y que nadie interrumpa ese momento en el que ustedes están conversando diariamente.
Lo más importante es no dar marcha atrás, entender que no es una decisión fácil pero que valdrá la pena, comprender que pronto estarán juntos en una mejor condición para vivir. Como padres tratemos de transmitirles seguridad a nuestros hijos al tomar esta decisión.
Y recuerden, ninguna tormenta es eterna  y siempre, después de la gran tempestad sale un sol brillante para todos.
¡Hasta un próximo biberon!

¡Hasta un próximo biberón!

Jacmibel Rosas

La mamá Guapa y Apoyada

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Los cambios que una vida trae a la tuya

¿Cómo eras antes de ser mamá? ¿Cómo era tu vida? ¿Tu vida era mejor o peor?  Estoy segura de que más de una responderá que seguramente tu vida es mucho mejor ahora. Sería interesante recordar esos momentos de soltería o de mujer, sin ser madre, estoy segura de que las que hoy en día son madres, recordarán que, en su momento, había un vacío que nada llenaba, pero que ni sabían que ese vacío se refería a ser madre o quizás no te imaginabas la hermosa persona que había dentro de ti y que salió luego que ese ser dentro de ti creció y llegó a este mundo.

Y es que los cambios que una vida nueva puede traer a la tuya son de 180 grados. Pero sin duda es algo que te convierte en mejor persona. Una persona más humana: que puede sentir el dolor de tu hijo o hija cuando se siente mal; una persona maravillosa: capaz de dar alegría a tu hija cuando incluso tú lloras por dentro; una persona mágica: capaz de conseguir hasta debajo de las piedras eso que quiere tu hijo y que nadie consigue solo tú para él.

En artículos anteriores les he comentado que desde que me convertí en madre siento que soy la mujer maravilla, sobre todo en mi país, pero si les digo porqué sería otro tema. Todas saben el contexto y cómo las mujeres venezolanas somos echadas para adelante y hacemos lo que sea para tener bien a nuestros hijos y los que hoy en día están sanos y bien alimentados se deben a un milagro, pero más allá de eso, siento que soy la mujer maravilla porque puedo convertirme o hacer lo que sea necesario para que mi hija sea feliz, para que su rostro siempre ilumine el mundo con su sonrisa.

Entonces, dicho esto, ¿cómo puede cambiar tu vida la llegada de una nueva vida a la tuya? Para mí de la mejor manera, los hijos nos dan alegrías, nos dan la oportunidad de ser mejores, porque debemos dar un buen ejemplo, no podemos decirle que no boten la basura en la calle cuando somos los primeros que arrojamos desperdicio al bajar el vidrio de nuestros vehículos, debemos ser coherentes en palabra y acción ante ellos, porque los hijos aprenden con nuestro ejemplo, no con lo que le digamos.

Además de hacernos mejores personas, ellos pueden sacar ese niño interno que estaba dormido en nosotros por tanto estrés, ocupaciones y responsabilidades, nos hacen hacer las muecas más locas, las canciones más imprevistas, los bailes más raros e incluso no nos importa convertirnos en sus payasos particulares sin importar que el resto del mundo se burle de nosotros.

¿De que otra manera puede cambiar tu vida la llegada de un hijo o una hija? Conoces el amor, un amor diferente, el amor verdadero, un amor que antes no había llegado a tu vida. Aunque te hayas casado y estés enamorada, les digo con base, ES OTRO TIPO DE AMOR, desinteresado, que perdona todo, que nada espera y que quiere dar, dar y dar más.

Como ven, la llegada de un hijo nos hace ser bondadosos, nos llena, de alegría es más lo que suma que lo que resta y nosotras las mujeres nos hace sentir completamente llenas y bendecidas.

Así que a propósito del día de las madres que se celebra próximamente, este es mi regalo para ustedes: hacerlas darse cuenta de lo afortunada que son. Muchas quizás lo saben, otras quizás no. Dense cuenta de lo bendecidas que pueden ser si han tenido la oportunidad de dar vida y de ver crecer esa vida con ustedes, ese es el mejor regalo y la mejor ocupación o tarea que nunca para y que nunca descansa.

Así que en este mes de mayo les quiero regalar a todas las madres estas líneas y la posibilidad de recordar lo afortunada que somos, de reflexionar acerca de las bendiciones que tenemos en nuestras vidas y a recordar esos momentos hermosos en el que solo con mirar a nuestros hijos e hijas nos hemos sentido completamente llenas y felices.

Madre solo hay una, y eso es verdad. Así que a todas les deseo que pasen un día bonito junto a sus seres queridos, eso vale más que cualquier cosa material.

Y recuerden, madre es madre, no importa lo que suceda, ellas son capaces de amarte, como nadie en la vida te ha amado.

¡Feliz día de las madres a todas en su mes!

¡Hasta un próximo biberón!

Jacmibel Rosas

La mamá Guapa y Apoyada

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“Mamá, es siempre tener ánimo”

Saludos amigos, un placer coincidir en este encuentro semanal junto a ustedes, coincidiendo también en que en la actualidad no estamos para celebrar, pero si quizás para conmemorar y honrar la vida.

Lo digo a propósito de lo que atravesamos como sociedad en Venezuela, donde muchas madres no celebraron su día por no tener a sus hijos junto a ellas, sin embargo, las que tenían a sus hijos consigo dábamos gracias a Dios por tener esa oportunidad de compartir en familia y de poder besar y abrazar a esa parte tan importante que salió de nosotros.

Reflexionando acerca de toda esa situación y conversando con mi esposo, me llegó la inspiración para escribir, y es que conversando con él, me decía algo muy importante “nunca hay que perder el ánimo” y de repente lo enlacé en mi tema de hoy en el programa de radio “caer y levantarse” y dije: ¡Esto es! Ser mamá es no perder el ánimo, y va de la mano con lo que les he venido diciendo a lo largo de los días, siempre hay que mantener la esperanza, hay que ser unas mamás 24X7 (en tiempos de crisis) y hay que tener ánimo… ¿por qué? Porque si te cansas, pierdes (y lejos de ser esto una connotación política) es algo que aplica en general a la vida misma, y sin querer identificarme con alguno que otro color, porque es verdad, quien se cansa PIERDE.

La vida a menudo es caer y levantarse, tropezar incluso varias veces con la misma piedra, porque podemos sentir que no hemos aprendido del todo, pero si te caes 15 veces, te levantas 16. Ese es el secreto.

Y esto tiene que ver con mantener el ánimo, levantarse a pesar de las adversidades. Se relaciona además con juzgar al otro si celebra o no, si tiene sus momentos de catarsis o no, si ríe o no, en un momento en el que muchos creen que no estamos para reír.

Sin embargo, considero, que hay fechas que no deben dejar de celebrarse o en tal caso, honrarse. Si amamos, el amor se celebra, el amor nos puede dar paz, calma, equilibrio, en medio del caos y la intolerancia. No juzguemos a quien se case en estas fechas por ejemplo o realice un baby shower, son motivos que deben celebrarse.

Un matrimonio, un nacimiento, un bautizo, un cumpleaños, son motivos para honrar la vida, por ende, no debemos dejarnos caer en estas fechas, aunque sintamos que no tenemos ánimos. No podemos dejar que nos roben los espacios, los pocos que tenemos para poder celebrar unas horas y disfrutar de la alegría de la vida.

Especialistas confirman que, dependiendo de la calidad de vida de una persona, los ratos felices, las alegrías, mejor será su estado de salud. Entonces debemos trabajar en que a medida que se vaya presentando nuestro día a día, vayamos apreciando cada detalle que nos pueda llenar de felicidad, pues siempre he leído que precisamente la felicidad “va de la mano con apreciar los pequeños detalles de la vida”.

Aprendamos a no juzgar al otro, a respetar, a valorar cada detalle, a vivir como si cada día de nuestra vida fuera el último.

Todos los excesos son malos, así que manejemos nuestras emociones desde el equilibrio, para que, si vivimos en caos, no sea todo nuestro día un caos, o si vivimos en alegría, no sea todo el día alegría, porque la excesiva felicidad nos traería una ignorancia de otras cosas.

Recordemos madres, que nuestros hijos siempre van a necesitar de nuestro positivismo, una palabra de aliento, algo que los ayude a levantarse cuando se caigan. Por eso y más, debemos mantener el ánimo, rescatar esos momentos para compartir un almuerzo en familia, unas “frías” entre hermanos, una película en pareja. Todo eso siempre será necesario, para regalarnos un momento para drenar todo el estrés o tensión que podamos tener por una determinada situación.

Y recuerden, “sonrían, es la segunda mejor cosa que pueden hacer con sus labios”, la primera, besar a sus hijos.

 ¡Hasta un próximo biberón!

La mamá guapa y apoyada

Por Jacmibel Rosas

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“Siempre hay esperanza”

Saludos amigos, un placer coincidir con ustedes nuevamente en este encuentro semanal.

En esta oportunidad me encuentro con ustedes desde una trinchera donde muchos de nosotros podemos estar en algún momento de nuestra vida: sin esperanza, donde nos podemos sentir que lo hemos perdido todo, que hemos quedado en cero, ya sea porque como madres y padres estamos desesperados por lo que acontece, pesimistas, quizás un poco desmotivados, pero les digo: ¡Siempre hay una esperanza!

En mi caso, cuando hay días grises, pienso que después viene un gran arcoíris. Y aunque son palabras que pueden sonar trilladas realmente es así. Mi arcoíris, mi motivo, mi fuerza, es mi hija, ver su sonrisa en todo momento y quizás por esa sonrisa de nuestros hijos podemos sentir un poco de miedo, a que todo empeore en vez de mejorar. Pero, es lo que nos ayuda a salir adelante.

Sin embargo, creo que existe la justicia divina y sin duda, todo cae por su propio peso. En estos días comentaba en mi programa sobre la ley del karma, el causa y efecto, y aunque ustedes se preguntarán ¿Qué tiene que ver todo esto con ser padres? Pues les digo que mucho. Si haces bien te irá bien, si haces mal te irá mal y si crees que haces bien y no te va muy bien, pronto llegará el día que recojas la cosecha de todo eso que tanto esperas.

Cuando salí embarazada me dijeron “que todo niño viene con su pancito debajo del brazo” y es muy cierto. Gracias a Dios, los padres nos volvemos mágicos para poderles conseguir alimentos, medicamentos y todo lo que necesitan. Si no, igual aparecen personas que te ayudan, te tienden la mano, te brindan ayuda, pero nunca estás solo, aunque así lo creas, esas personas salen y llegan en el momento justo y cuando menos lo esperas.

Incluso, cuando más solo nos sentimos, es cuando nuestros ángeles accionan, cuando nuestros protectores actúan y nos hacen darnos cuenta que “la fe mueve montañas”, así como se refleja en una película hermosa que vi recientemente, y sin caer en ánimos de diferenciarnos religiosamente, nos habla de que siempre tenemos personas en nuestra vida, momentos o circunstancias que nos hacen sentir que todo lo que sucede es un “milagro de Dios”.

Todos en algún momento nos caemos, podemos desesperarnos, podemos sentir que no tenemos la suficiente fuerza para seguir, que no todo es como quisiéramos. Pero es entonces cuando debemos tener más fuerza, al ver a nuestros hijos ya que para ellos somos su pilar, sus héroes o heroínas, para ellos siempre podemos lograr lo imposible y si ellos lo creen ¿Por qué no podemos creerlo nosotros?

Debemos seguir adelante, con fuerza, fe y convicción. Mi llamado es a creer que, si podemos, siempre hemos podido, los venezolanos de por si nos levantamos cada vez que nos caemos y tenemos la posibilidad de empezar de cero. Somos personas emprendedoras, luchadoras, con ahínco, aguante y posibilidades de crecer. Teniendo en cuenta esto, nunca deberíamos pararnos de la cama desmotivados.

Hay días, sin duda, días que pegan y que influyen mucho en nuestro estado de ánimo. Hay días difíciles nos cuesta sonreír, pero no podemos si no tener la convicción en Dios de que todo estará mejor. Hay momentos en los que solo la convicción y la fe nos ayudará a salir de lo que estamos atravesando.

Y recuerda tener en cuenta una frase de Buda….  “No lastimes a los demás con lo que te causa dolor a ti mismo”. Es lo mejor para estos tiempos.

 

Me despido.

¡Hasta un próximo biberón!

La mamá guapa y apoyada

Por Jacmibel Rosas

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Cuando crees que tienes todo bajo control

Hola amigos, un placer saludarlos. Ha llegado nuevamente el momento de coincidir en este encuentro semanal, en el que estoy segura, siempre tenemos algún punto en común en el que podemos debatir de como es esta aventura de ser padres y madres, esposos y esposas combinándolo al mismo tiempo de enfrentarnos con nuestras responsabilidades del día a día como profesionales y emprendedores.

                En esta oportunidad les comentaré sobre algo a lo que los padres debemos adaptarnos al momento de tener un hijo. Cuando somos padres, la mayoría de las veces no se puede tener el control de las cosas y ¡Vaya que se los digo con base! Como mamá una vez que di el paso de inscribir a mi hija en el maternal pensé que tendría control sobre mi tiempo, pero nunca es así del todo. Puede que cuando vayas saliendo se hagan pipí o pupú o que se enfermen cuando tengas pensado ir a compromiso laboral: “con los hijos nunca se sabe” escuché una vez y estoy clara que es así.

                Basado en esto, he comenzado a trabajar un poco en el autocontrol, en la inteligencia emocional y en aprender a soltar y aceptar, que cuando muchas veces las cosas no salen como las estimo o las calculo, por algo ocurren o NO ocurren las cosas. Cada faceta como padre es una oportunidad para experimentar y aprender momentos únicos, que te llenan de gozo y que te regalan felicidad. Toca de nosotros disfrutarlos o experimentarlos de la mejor manera.

                Por eso toca deja atrás esa creencia de que podemos tener el control de las cosas. Muchas veces eso no lo podemos hacer.  Debemos ser comprensivos como padres, entender que por mas inteligentes que veamos a nuestros niños, quizás ellos no tienen la posibilidad de comprender que, como nosotros, deben tener un horario para todo.

                A medida que vayamos implementando estos hábitos en ellos y trabajemos en desarrollarlos a ellos se les hará más fácil adaptarse. No lo es mismo educar que imponer, no es lo mismo enseñar que obligar. Entonces de nuestra parte nos toca tener un poco más de paciencia en este mundo tan acelerado, nos toca bajarle dos cuando el mundo pide que le subamos cinco, porque nuestro tiempo con nuestros hijos debe ser sagrado, no podemos apurarlos y pretender que ellos vivan al mismo ritmo de vida de estrés que nosotros tenemos, el tiempo en el que crezcan nuestros hijos es sagrado, acelerado porque ellos crecen y aprenden muy rápido, pero lento, porque ellos merecen atención en todo lo que hacen. Así que disfrutemos de ese tiempo y no pretendamos tener el control de todas las cosas que ellos hacen.

                Y recuerda, ser padres o madres, es una bendición de la que nos todos pueden disfrutar, tener hijos sanos y felices, es esa bendición al sagrado, así que amanece cada día y da gracias a Dios por tus hijos, porque, aunque no todo esté saliendo como quieres, muchos quisieran vivir al menos la mitad de la vida que tu vives.

¡Hasta un próximo biberón!

La mamá guapa y apoyada

Por Jacmibel Rosas

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“La primera vez en el maternal”

Saludos amigos, feliz inicio del mes de abril, que este cuarto mes del año nos traiga todo lo que necesitamos y que requerimos. En esta oportunidad les hablaré de esa primera vez que a todos los padres nos afecta, nos mueve las emociones y nos hace hasta llorar “la primera vez en el maternal o en el colegio”.

A mí ya me tocó y de verdad los confieso que fue un día movido, un día en el que una serie de recuerdos me pasaron por la mente. Fue un día en el que recordé cuando me dijeron que estaba embarazada y el miedo que sentí de que cualquier cosa le pasara, me acordé de los nueve meses que la tuve en el vientre y en el que día a día la cuidaba para evitar separarme de ella. Recordé muchas cosas, entre ellas la promesa de siempre cuidarla y al mismo tiempo me sentí orgullosa de dar este gran paso. La dejé, respiré para no llorar, pero igual lo hice ¡Lloré!… ¿A cuántos no les ha pasado que dejan a sus hijos o hijas en el colegio y se vienen llorando la primera vez? Mi mamá recuerda que lloró cuando me dejó, así que quizás yo debía hacerlo. Pero no eran lágrimas de tristeza, quizás de felicidad, nostalgia (entre otras cosas) y hasta una sensación inevitable de aceptar que ya mi Pitufina comenzaba a crecer.

Mi esposo siempre me comentaba de ese día en el que ella fuera al colegio por primera vez y me parecía una eternidad, me parecía que estaba demasiado lejos ese día, pero ese día llegó más temprano que tarde y sé qué fue lo mejor. Los padres debemos trabajar desde temprano el apego con los hijos, ya que una de las cosas que más nos afecta en la vida es eso: el apego. Nos cuesta separarnos de nuestras parejas por motivos profesionales o por necesidad, dejar nuestros padres e irnos a otro país, nos cuesta dejar de ver mucho tiempo a nuestras amistades y vivimos con la idea errónea de que el amor es posesión y apego, aspecto que con el pasar de los días nos vamos dando cuenta que es algo errado y eso es algo que nos fomentan desde niños.

Como padres debemos tener la responsabilidad de criar hijos independientes, hijos que el día de mañana sean capaces de tomar una decisión importante en sus vidas, que les permita seguir adelante y que incluso los haga liberarse de miedos que nos han infundado a nosotros de pequeños. Nuestros hijos vienen con un disco duro limpio, donde debemos vaciar información productiva y valiosa para ellos, que les deje gratos recuerdos, que les ayude a crecer sanos mentalmente y sin cargas adicionales a las que ya de por sí tiene la vida.

Entonces, el paso de llevar nuestros hijos a un maternal, que puede ser cuestionado muchas veces por esas madres criadas a la antigua, muchas veces es la mejor decisión para los padres y para los hijos. Para los padres, sobre todo para la madre, porque le permite tener un tiempo para ella, para poder hacer sus cosas con calma e incluso para poder respirar un poco de aire necesario para ella misma, que le permita pensar y drenar el estrés o la presión que pueda sentir en un determinado momento. Para los hijos, es una oportunidad de conocer el mundo, de conocer amigos, interactuar con niños de su edad, intercambiar ideas, e incluso para mi hija es una forma más rápido de que aprenda a hablar.

Así que comencemos este mes de abril agradeciendo, cada paso que damos, cada regalo de la vida, cada momento que vivimos, nada pasa por casualidad y por algo Dios se encarga de escribir derecho, sobre caminos torcidos, así que disfrutemos incluso de ese paso de llevar a nuestros hijos al maternal y si por casualidad, como padres, les toca perderse este momento físicamente por su trabajo o razones ajenas a su voluntad, siéntanse orgullosos igual, lloren, sequen sus lágrimas y sonrían a la vida, porque ese pequeño o esa Pitufina que un día batalló para nacer hoy comienza a dar sus primeros pasitos hacia lo bonito que es la vida.

Y recuerden… ¡Vivamos la vida de la mejor manera y trabajemos con ahínco para regalarles un hermoso futuro a nuestros hijos!

 

¡Hasta un próximo biberón!

La mamá guapa y apoyada

Por Jacmibel Rosas

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“Los padres y los valores”

Saludos a todos. Esperando de corazón que estén mejor y que cada día sea más alentador para todos. Sin duda, necesitamos aliento en medio de una sociedad que sin duda ha perdido valores.

Ya ha quedado a un lado esas costumbres de pedir que den paso para cruzar la calle o ceder el puesto en la camioneta a una persona mayor, incluso pocos resultan las señales de tránsito y las leyes porque al parecer vivimos en un mundo sin normas.

Todo radica en los valores y creo que en eso los padres tienen mucho que ver. Más allá, muchos hijos hoy en día caen en el libertinaje por no tener una supervisión de sus representantes o por la falta de ese castigo cuando fallaron estando pequeños. Pero ¿qué está pasando con los padres?

No soy quien, para juzgar, tampoco soy la madre perfecta, pero considero que como padres debemos revisarnos. Tener hijos es andar en una montaña rusa de emociones, ya que cuando ellos te llevan a la cúspide por un logro, te tiran al piso de una sola emoción, y te dan trancazos porque sencillamente meten la pata en un momento inesperado. 

Me ha tocado ver amigas con hijos brillantes que se convirtieron en padres antes de tiempo solo por pensar con las hormonas o aquellos que sencillamente no se esperaban hijas con problemas de conducta y tuvieron que afrontarlo cuando ya la muchacha era adulta. Me pregunto ¿quién nos mide como padres? ¿Quién nos dice que lo estamos haciendo bien? ¿Hasta que punto todas estas conductas se pueden evitar? Algunos creen que la adultez con la que nuestros hijos enfrenten los problemas mide que tan bueno o malos padres fuimos en su formación de pequeños. Pero en esto difiero.

Creo que es muy cierto el dicho que reza «críamos hijos,  más condiciones no» y es que en cuanto a esto creo que hay personas que no son culpables de lo que hacen sus hijos fuera de casa. 

El hecho es que, cuando un hijo se presenta con algún vicio, cuando salen con un embarazo no deseado, abandonan los estudios o un sinfín de cosas más, la solución no es buscar culpables, justificar al muchacho o aplaudirle la acción. Hay que ocuparse y revisarse en que fallamos para que eso pasara, hay que poner correctivos en el asunto y hay que dejar el permiso para poder reprender y que el hijo aprenda.

Creo que un padre, no sólo engendra y cobija, un padre reprende y regaña cuando hay que hacerlo. Aprieta la tuerca cuando esta floja y enseña que todo en la vida es una ley causa y efecto, tu tienes aquello para lo que trabajas y te esfuerzas. 

Yo recuerdo que a mi me enseñaron eso, que todo tenía que ganármelo, que no podía tomar lo que no es mío y que debía respetar el espacio de cada quien, pedir permiso, decir buenos días y despedirme, además entendí que los límites son malos. Hace falta revisarnos, readaptarnos y reinventarnos al presente, porque las generaciones nuevas no perdonan.

Contribuyamos a formar hijos felices y seguros de sí mismos, como padres démosle mucha fuerza y valentía para afrontar la vida, démosle herramientas para que caminen sin nosotros, ayudémosle a gatear y a dar sus primeros pasos, pero también preparémoslo para caminar sin nosotros.  No le hagamos el daño de darle todo sin que tenga responsabilidades, porque de adulto seguramente lo lamentarás.

Y recuerden… ¡Cada quien es responsable de sus actos, solo nosotros les damos herramientas para salir adelante, queda de cada quien aprovecharlas!

Feliz día para ustedes.

¡Hasta un próximo biberón!

Jacmibel Rosas

La Mamá Guapa y Apoyada